En casi toda relación, las personas tienen algunas expectativas respecto al gran número de necesidades que su pareja le satisfará. A menudo, estas expectativas o anticipaciones producen distorsiones y se transforman en demandas irreales.
Las expectativas irreales o exigentes inevitablemente producen desilusiones y frustraciones que, frecuentemente, se asocian con interacciones negativas (e.j. hostilidad, molestias…) Un ejemplo común sucede cuando la pareja piensa que el Amor se da de forma Espontánea y que Existe así para Siempre, sin ningún o muy Poco Esfuerzo por su parte.
Esta pareja experimentará profunda desilusión y se sentirá herida cuando surjan problemas y pueden concluir erróneamente que sus dificultades evidencian que la relación nunca fue buena. En este ejemplo, la expectativa irreal la mantienen ambos simultáneamente.